RENOVABLES AQUÍ, SI.

Ya sabemos que las energías renovables juegan un papel fundamental en la transición energética, pero no podemos llenar los montes de aerogeneradores o inundar el planeta de placas solares si no somos capaces de llevar a cabo un radical cambio de comportamiento y actitud.  Se necesita, además, una planificación ordenada y democrática para no seguir sacrificando zonas agrícolas, forestales y paisajes solo por el interés de las grandes empresas.

Esta visión no es cosa de unos pocos iluminados.  Dos películas nominadas a los Goya (As Bestas y Alcarrás) también reflexionan sobre el impacto que la implantación alocada de las renovables. El debate está en la calle.

«Es posible desarrollar un importante avance en la producción de energía fotovoltaica con un mínimo impacto ambiental, asegurando una transición verdaderamente sostenible y eficiente, y respetando los procedimientos de evaluación de los efectos que esta industria tiene sobre el medio ambiente.»

Eso es lo que dicen nuestros amigos del Observatorio de Sostenibilidad, que han realizado un informe importantísimo, a petición de la plataforma ALIENTE, ante el despliegue desbocado de energía eólica y solar.

Energías renovables, si, pero no de cualquier manera.

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